Sergio Lehmann

Amenaza de guerra comercial, invitado de piedra

Sergio Lehmann Economista Jefe de BCI Estudios

Por: Sergio Lehmann | Publicado: Miércoles 8 de agosto de 2018 a las 04:00 hrs.
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El temor de una guerra comercial se ha instalado en los mercados financieros globales. Como una suerte de invitado de piedra que llegó de la mano de Donald Trump al inicio de su administración, ha conducido en lo más reciente a ajustes significativos en los precios de algunas materias primas. Esperamos que este incómodo invitado no hable ni intervenga y se retire, ojalá rápidamente, del escenario mundial.

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Por lo pronto, está haciendo ruido y generando tensión. Está el riesgo, entonces, de que tal como ocurre en la obra “El Burlador de Sevilla y el Convidado de Piedra”, adquiera un rol de mayor protagonismo y termine dañando severamente el comercio internacional y, en consecuencia, el crecimiento. Para entender los alcances de esta amenaza, es importante poner sobre la mesa cifras que han marcado el desarrollo de la economía mundial en las últimas décadas.

El comercio mundial se ha triplicado en los últimos 15 años, momento en el que vemos la irrupción de China como actor relevante en la economía mundial, al orientar su estrategia de desarrollo hacia los mercados externos. Al mismo tiempo, comienza a instalarse con mayor fuerza el diseño de políticas que apuntaban al libre comercio como la forma más efectiva para avanzar, aprovechando de mejor manera las ventajas comparativas de cada economía. Hoy el comercio global está en torno a US$ 35 trillones, equivalentes a 1/3 del PIB mundial. Buena parte de ese monto está asociado a exportaciones de economías emergentes, que han visto a través de esta forma de desarrollo un avance potente en indicadores económicos y sociales.

En efecto, el ingreso per cápita mundial se ha duplicado en la última década y media, alcanzando un promedio aproximado de US$15.000. Pero más importante aun, la pobreza global ha caído con fuerza, según cifras del Banco Mundial. Menos del 4% de la población del mundo se encuentra hoy en situación de extrema pobreza, un tercio que a inicios de los 2000. Aún la tarea por delante es exigente, pero no cabe duda de que los avances en materia social, de la mano con la mayor apertura comercial, han sido contundentes.

Hacia los próximos meses aún veremos volatilidad en los mercados, en función de cómo vayan evolucionando las tensiones globales. Pueda ser que la actitud de Trump, en la lógica de ir aumentando su apuesta en materia de proteccionismo como forma de presión a China, vaya moderándose. No cabe duda que las autoridades de Beijing van a responder a las amenazas, bajo la lógica de que su eje central de políticas apunta a fortalecer el rol global de su país, ser un articulador clave, y por tanto difícilmente se dejarán amedrentar.

El acuerdo entre Trump y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, puede ser un buen impulso para que, en la misma línea, se logre un acercamiento entre EEUU y China. Desembocar en una guerra comercial global tendría impactos negativos para todo el mundo, en particular sobre aquellas economías más abiertas, como la nuestra. Si bien Chile mantiene vigente acuerdos comerciales con prácticamente la totalidad de sus socios, una desaceleración en el crecimiento mundial conlleva sin ambigüedad un menor dinamismo para nuestra economía. Pueda ser, entonces, que prime la cordura y las tensiones comerciales vayan disipándose, de forma que en Chile centremos nuestra atención en las reformas que se requieren con urgencia para aumentar el crecimiento potencial.

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